Los abueletes de hoy han roto con sus propios tópicos. Cada
vez vez se mantienen activos por más tiempo y cumplen una importante labor
dentro de las familias.
Ser viejo es un accidente del DNI, pero ser abuelo es
categoría a la que llegan sólo algunas personas: aquellas que tienen nietos y
saben disfrutar de ellos. Los abueletes son para los nietos una fuente inagotable
de experiencia en el arte de vivir, de desprendimiento, de compañía y de grandeza
espiritual.Y ahora son cada vez más numerosos, más jóvenes y más activos. Y más
necesarios.
El modelo de abuelo cargado de años, que sentado en al
mecedora pasaba las horas contando historias o haciendo calceta ha cambiado en
las últimas décadas. Ahora es más fácil encontrar a abuelos más jóvenes,
todavía empleados, y que en muchos casos se encuentran con hijos aún viviendo
en casa e incluso cuidando a sus padres ya mayores. De hecho, casi la mitad de
los nacidos en los albores del siglo XXI conoce a sus bisabuelos.
Cada vez hay más familias que suman cuatro generaciones: padres, hijos, abuelos
y bisabuelos.
Muchas familias saben que tienen, en una sola persona, a un
maestro, a un cocinero, a una modista, a un ecónomo, a un recadero, a un
consejero espiritual y hasta a un conciliador familiar: el abuelo.
El sentimiento que produce en los abuelos cuidar de sus
nietos es positivo en más de un 90%. Y el beneficio es mutuo: ayuda a
fortalecer el vínculo familiar y les hace sentir muy útiles.
Un reciente estudio asegura que la familia es el principal
factor de felicidad en sus vidas, por encima de la salud, los amigos, o el
dinero. A pesar de la diferencia de edad (unos 50 años) entre los abuelos y
nietos no se percibe una marcada brecha generacional respecto al concepto que
tienen de la vida y de los valores fundamentales.
En 2005 se fundó la Asociación de Abuelas y Abuelos de España a partir de un grupo de abuelos que reunían numerosos nietos. Estaban
convencidos de que era necesario ayudar a otros abuelos a mejorar la imagen
convencional “del abuelo de tercera edad” para crear otra de “abuelos activos,
cercanos, disponibles y optimistas”.
Hace poco más de medio siglo, a la gente que llegaba a los sesenta se les consideraba viejos: así parecían y así se les llamaba. Casi todos eran ya abuelos y parecían… viejísimos. Pero la media de edad fue creciendo y ahora la esperanza de vida en España es de 84'9 años de media para las mujeres y de 78'9 años para los varones. Y parece que va a aumentar.
Hace poco más de medio siglo, a la gente que llegaba a los sesenta se les consideraba viejos: así parecían y así se les llamaba. Casi todos eran ya abuelos y parecían… viejísimos. Pero la media de edad fue creciendo y ahora la esperanza de vida en España es de 84'9 años de media para las mujeres y de 78'9 años para los varones. Y parece que va a aumentar.
Ahora, la gente mayor está cada vez en mejor forma y muchas
personas están comenzando a ver sus setenta años como años dorados. Los abueletes
actuales son, en la mayoría de los casos, personas dinámicas, laboralmente
activas, con inquietudes culturales y sociales, independientes económicamente y
preocupadas por su salud y su bienestar.